Seísmo político en Aragón. Vox acaba de romper su coalición de derechas con el PP y finiquita el Gobierno autonómico. La ultraderecha acaba de consumar el órdago lanzado por el reparto de los menores migrantes no acompañados y abandona los cinco Ejecutivos autonómicos (Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia y Aragón) que compartía con los populares y retirará también el apoyo externo en Baleares. Apenas once meses ha durado el convulso matrimonio entre ambas formaciones en la comunidad aragonesa, al que Santiago Abascal ha dado la puntilla desde Madrid. Allí, justo a su derecha, estaba el vicepresidente aragonés Alejandro Nolasco, que dimitirá mañana de su cargo. Está por ver qué ocurre con el consejero de Agricultura, Ángel Samper, el otro cabeza de consejería de Vox, y con los otros 16 altos cargos de la ultraderecha.

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