Todos queremos llegar a la playa en un caluroso día de verano, abrir la nevera y bebernos una fría cerveza o refresco o salir a disfrutar de la naturaleza y prepararnos un pícnic con la comida bien conservada. Existen numerosos trucos para que se pueda hacer esto, pero hay uno que destaca por encima de todos y que es el preferido de los expertos.
Para hacer estas excursiones o salidas es esencial llevarnos una nevera portátil con todo lo que queramos consumir. Desde refrescos hasta carnes y otros alimentos, estos recipientes son capaces de almacenar y conservar a la temperatura perfecta gran cantidad de productos, necesarios para estas comidas fuera de casa.
Sin embargo, si no se hace bien ni se usan los elementos que nos permitan conservar la comida perfectamente, lo que nos llevemos se puede echar a perder. Para que esto no suceda, debes seguir estos consejos que recomiendan los que saben de la materia.
No uses hielo, usa placas heladas
Por lo general, cuando llegamos a la playa o al campo, dejamos la nevera en cualquier lugar, y este suele estar al sol. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) ha alertado que una mala conservación de los alimentos por el calor, favorece la aparición de microorganismos en la comida. Sin embargo, este problema tiene fácil solución, y es usar placas heladas en una nevera hermética.
Al contrario que los cubitos de hielo o las tradicionales botellas congeladas, las placas heladas ofrecen una alternativa segura, barata y eficaz de tener un frío constante en las neveras de plata.
Las placas de hielo son más eficaces que los cubitos por varias razones:
- Mayor superficie de contacto: Las placas de hielo tienen una superficie plana y extensa que les permite transferir el frío a los alimentos y bebidas de manera más eficiente que los cubitos de hielo, que tienen una superficie más pequeña e irregular. Esto significa que las placas de hielo pueden mantener una temperatura fría más uniforme dentro de la nevera.
- Menos derretimiento: Las placas de hielo están fabricadas con un material más grueso y resistente que los cubitos de hielo, lo que les permite derretirse a un ritmo más lento. Esto significa que duran más tiempo y producen menos agua en la nevera, lo que puede dañar los alimentos y diluir las bebidas.
- Mejor distribución del frío: Las placas de hielo se pueden colocar estratégicamente en la nevera para crear zonas de frío más intensas, lo que es especialmente útil para mantener congelados alimentos como carnes o helados. Los cubitos de hielo, por el contrario, tienden a amontonarse en un solo lugar, lo que puede dejar otras zonas de la nevera sin refrigeración adecuada.
- Ahorro de espacio: Las placas de hielo son generalmente más delgadas que los cubitos de hielo, lo que les permite ocupar menos espacio en la nevera. Esto es especialmente importante en neveras portátiles pequeñas, donde cada centímetro cuenta.
- Mayor versatilidad: Las placas de hielo no solo se pueden usar en neveras de playa, sino también en otros recipientes como neveras portátiles, fiambreras o bolsas de agua para viajes largos.
- Reutilizables: Las placas de hielo son reutilizables, lo que las convierte en una opción más ecológica y económica que los cubitos de hielo desechables.
Protege aún más tu comida
Para garantizar que las placas cumplen con su función, asegúrate de que estén completamente congeladas antes de colocarlas en la nevera. Una vez dentro, colócalas en la parte inferior de la nevera y encima de los alimentos y bebidas. También ayuda que rellenes los huecos entre las placas de hielo con papel de periódico o bolsas de aire para evitar que se mueva el aire frío.
Cuando esté todo listo, cierra la nevera herméticamente para evitar que se escape el aire frío y, sobre todo, evita abrir la nevera con frecuencia, porque esto permite que entre aire caliente y acelera el derretimiento del hielo.