“Francia vive hoy su 23 de julio“. Sumar no pudo evitar comparar la victoria del Nuevo Frente Popular francés con el tándem de las últimas elecciones generales en España, donde lograron la fuerza suficiente para armar una mayoría junto al PSOE. Y pese a celebrar la victoria de la coalición de izquierdas en el país vecino, que logró aunar a todas las fuerzas progresistas bajo la misma papeleta, son conscientes de que es imposible construir un frente similar con esas características ante la imposibilidad de unir fuerzas con el partido de Pedro Sánchez. Sin embargo, el triunfo de la coalición francesa ha llevado a reavivar de nuevo el debate en torno a Podemos ante la petición de IU de emprender un nuevo acercamiento a los morados después de la traumática ruptura del pasado diciembre, cuando abandonó el grupo parlamentario de Sumar.
El mantra del 23 de julio salpica el discurso de Sumar tras la victoria de la izquierda francesa. La coalición liderada por Díaz se aferra al papel clave que tuvo a la hora de revalidar el Gobierno de coalición y un año después siguen reviviendo este hito, en un momento de especial dificultad en la plataforma, que ha sufrido fuertes tensiones con el resto de formaciones aliadas y saca pecho del papel que llegó a ejercer para impedir un gobierno del PP. “Como en el 23J, ha ganado la esperanza frente al miedo”, defendió este lunes en rueda de prensa la responsable de Comunicación de Sumar, Elisabeth Duval.
“Francia se une a la esperanza que nosotros también generamos desde el pasado 23 de julio”, continuó la dirigente de Sumar, que insistió en la comparación asegurando que “nos sentimos reflejadas” en el modelo de la izquierda francesa, que aglutinó en tiempo récord a todo el espectro progresista bajo las mismas siglas tras el inesperado adelanto electoral convocado por Emanuel Macron. Una coalición en la que estaban La Francia Insumisa, el Partido Socialista, Los Ecologistas y el Partido Comunista Francés. “Este frente se articuló en 48 horas y en 72 horas tenían un programa político ambicioso”, describió Duval, que mostró su sintonía con la “voluntad de ruptura” y las ganas de “mejorar la vida de la gente” exhibida por la coalición francesa.
Distintos partidos socialistas
Y pese a estas intensas comparaciones, lo cierto es que en Sumar son muy conscientes de las grandes distancias que le separan del caso del país vecino, y asumen la imposibilidad de reproducir un frente similar. El principal factor que lo impide es las grandes diferencias entre el Partido Socialista español y el francés. Mientras en España, el PSOE continúa siendo uno de los principales partidos del arco parlamentario, en Francia los socialistas pasaron de gobernar con Hollande en 2012 a sufrir su peor resultado histórico en unas legislativas en 2017, cuando pasó de 314 a 30 diputados tras la escisión lanzada por Macron con su proyecto de centro ¡En Marche!.
En Sumar destacan este punto para marcar distancias con el caso francés y descartar una alianza con el partido de Pedro Sánchez, que contrasta con el carácter “subalterno” del Partido Socialista Francés. En este sentido, evitan siquiera entrar a comparar ambos escenarios, asegurando que se trata de “política ficción”, puesto que “hay elementos que no permiten la comparación francesa”.
Más tajante aún se mostró el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, que marcó aún más distancias con el país vecino: “El escenario en España es diferente“, destacó este lunes, en declaraciones a los medios, donde destacó que e Francia “la unidad se produjo cuando los sectores progresistas se vieron con el agua al cuello” ante la “amenaza real” que representaba el partido de extrema derecha de Marine Le Pen, y apuntó a que en España hay un escenario “mucho mejor que el de Francia porque estamos gobernando”.
El debate de Podemos
El líder de IU destacó que existe “entre un 15% y un 20% que responde al espacio político al que nosotros aspiramos y que no va a ir al PSOE”. Una cifra que viene a responder al 18% que lograron IU y Podemos por separado en 2015 más la bolsa de abstencionistas. Un espacio que, según Maíllo, representa tanto la coalición de Sumar como “otras fuerzas de orden confederal de la izquierda española”. El dirigente andaluz apuntaba así a Podemos, que después de romper con Sumar en diciembre y salirse del grupo parlamentario se presentó en solitario a las elecciones europeas, y al que Izquierda Unida se esfuerza en atraer de nuevo a la coalición.
En IU hacen gala de su tradición unitaria y es el principal actor -por no decir el único- que defiende abiertamente la necesidad de unirse en una fórmula conjunta en caso de darse una cita electoral. Una tesis que sale aún más reforzada después de la victoria del frente de la izquierda francesa. La unidad, argumentan en IU, fue la condición de posibilidad para lograr revalidar un Gobierno progresista en España hace un año y a día de hoy continúa siéndolo.
¿Pacificación?
Pero no es un debate sencillo. Aún permanecen abiertas las heridas abiertas entre los de Yolanda Díaz y los morados, que rompieron con Sumar tras una serie de agravios, con el veto de Irene Montero en las listas electorales, su exclusión del Gobierno o la ausencia de portavocía para el partido. El intento de reunir de nuevo a la izquierda es uno de los objetivos con el que Maíllo llegó al liderazgo de Izquierda Unida, consciente de la imposibilidad de revalidar un Gobierno progresista si no se unen bajo un mismo paraguas la izquierda más allá del PSOE. Una tesis que ni mucho menos comparten todos los actores de Sumar; otras formaciones como Compromís o Más Madrid son abiertamente reacias a compartir filas con la formación de Ione Belarra, aunque la unión fuera únicamente electoral.
En el partido Sumar tratan de sacudirse el debate de la reunificación con Podemos. “La unidad ya la hicimos“, zanjó Duval este lunes en rueda de prensa, en referencia al acuerdo in extremis al que llegaron para las generales hace un año. “Esa unidad ya se produjo ese 23J“, insistió después la secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández.
“Los compañeros de Podemos han decidido tener un debate que no podemos más que respetar”, defendió Hernández, delegando así en Podemos la posibilidad de un acuerdo, después de que el partido morado cerrase la puerta a llegar aliarse con Sumar. “Nosotros hemos pasado página”, destacó el portavoz morado, Pablo Fernández, el pasado junio.
Pero, una vez cerrado el intenso ciclo electoral que ha encadenado seis convocatorias en poco más de un año y tras la entrada en escena de Maíllo, que mantiene abierto el canal de comunicación tanto con Sumar como con Podemos, ambas fuerzas parecen haber relajado sus posiciones. Si bien no hay cambios significativos en el discurso público, el tono resulta menos hostil de lo que lo era hace unos meses. Un viraje sutil que, si bien queda lejos de la reconciliación, sí permite abrir una etapa de pacificación. Una etapa que IU, en el medio plazo, quiere culminar con una nueva alianza.