Por no si fueran lo suficientemente complicadas las negociaciones para escoger la presidencia y la Mesa del Parlament catalán, la sentencia del Tribunal Constitucional que anula el voto a distancia del exconseller y diputado de Junts Lluís Puig da una vuelta de tuerca más a la sesión de constitución prevista para el lunes. Según ha avanzado ‘El Confidencial’ y han confirmado fuentes parlamentarias a El Periódico de Cataluña, del mismo grupo editorial, el alto tribunal ha dado la razón al recurso de amparo que presentó el PSC ante la decisión de la mayoría independentista de la anterior Mesa de permitir que votara pese a residir en Bélgica.

La decisión judicial es un torpedo en medio de las interlocuciones para acordar quién preside la Mesa, si los socialistas o los independentistas. Junts, ERC y CUP están intentando cerrar un pacto para impedir que el PSC presida la institución y quedarse con la mayoría del órgano que tiene la potestad de decidir si permite el voto de los diputados que, como Carles Puigdemont, Lluís Puig y Ruben Wagensberg, están fuera del Estado a la espera de que se aplique la amnistía. En el caso del dirigente republicano, no es un inconveniente porque está de baja médica, supuesto que sí recoge el reglamento para permitir la participación a distancia.

No es la primera vez que el Parlament recibe una sentencia del TC adversa por permitir el voto de Puig y, a pesar de ello, la Mesa lo ha continuado permitiendo. En abril del año pasado y ante la sentencia que denegaba la delegación del voto, lo que hizo el órgano fue dar por buena la propuesta de ERC de sortearla recuperando de forma temporal el sistema de participación a distancia que se habilitó durante la pandemia y aceptar la petición del diputado para recurrir a este sistema. De poco sirvió entonces el voto en contra y la queja de los socialistas, que lo tacharon de “intento torpe de contravenir la jurisprudencia” y que vieron como se tumbaban sus peticiones de reconsideración.

Ahora, lo que hace el tribunal es también tumbar ese acuerdo de abril del 2023 que permitía el voto telemático de Puig hasta que se produjera una reforma del reglamento del Parlament, que quedó pendiente una vez se interrumpió la legislatura por el adelanto electoral.

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