Entre muchos de los asistentes de la última feria cannábica celebrada en España (la sevillana Kannasur, entre el 7 y el 9 de junio) llamó poderosamente la atención la presencia de la policía. No es que hubiese ningún operativo controlando la legalidad de las sustancias. Es que fueron policías a hablar de la legalización de la marihuana. Y lo que es más extraño: a posicionarse a favor.
Su ponencia en un acto parecía una rareza y se acabó convirtiendo en una de las sensaciones del festival. “La gente se acercaba con curiosidad a preguntarnos y a poner después en valor nuestra postura”, recuerda ahora Manuel Soler, uno de los ideólogos de esta iniciativa. Él es el portavoz del ARP (Agrupación Reformista de Policía); un pequeño sindicato de las fuerzas de seguridad del estado que, como su propio nombre indica, se define como ‘reformista’ en todos los ámbitos. También en el de la fiscalización de determinadas drogas.
Desde el ARP, además de participar en el festival, han publicado un manifiesto por la legalización del cannabis, con la voluntad de que se den pasos hacia la regularización total de la sustancia en nuestro país. Es la primera vez que una parte de la policía española se significa de forma tan clara en esta controvertida cuestión. Su portavoz de lo explica a El Periódico de España, del mismo grupo editorial.
6 millones
“En España tal vez tengamos a unos 6 millones de fumadores. Y no por eso son delincuentes. Eso lo saben muchos agentes y va contra nuestro espíritu de perseguir al crimen, que es por lo que nos hemos hecho policías. Pero al crimen de verdad, no al ciudadano. Porque nosotros somos ciudadanos antes que policías. Y muchos no vemos al consumidor de cannabis como un ‘enemigo de la seguridad’, tal como lo pintan”.
Manuel, que es uno de los fundadores de este sindicato nacido en Alicante y que ya cuenta con afiliados por todo el territorio español, insiste en que “como profesionales, tenemos un conocimiento muy detallado de este mundo. Y la situación legal del cannabis hace que a mucha gente la estén tratando y juzgando como miembros del crimen organizado, cuando no lo son. Los policías tenemos que estar contra el crimen organizado, pero el de verdad“.
Es en este aspecto, el de la criminalización del consumidor, donde más énfasis ponen estos agentes: “No queremos salir a la calle para incautar un porro. El sistema actual no funciona. Se basa en la represión y las multas. Tiene un objetivo meramente recaudatorio. Pero ha quedado demostrado que eso no acaba con el problema ni impide que sigan las dinámicas del narcotráfico a gran escala”.
“Hay más de 1.500 clubes cannábicos en España, donde se reúne gente con proyectos, con inquietudes, y no creemos que deban ser tratados como delincuentes. Y muchos de los juicios que se están celebrando en ese entorno, ya le están dando la razón a ellos. Desde el Ministerio de Sanidad también están dando pasos importantes sobre el uso del cannabis terapéutico. Se van haciendo cosas, pero muy lentamente. Y la policía debería ser liberada de este tipo de actuaciones, para dedicarse a luchar contra las grandes mafias”.
Barbate
Estos policías creen que los hechos de Barbate, en los que narcotraficantes embistieron a una embarcación de la Guardia Civil, matando a dos de ellos, deberían suponer un punto de inflexión: “Es poner en riesgo vidas humanas por un asunto que debería tener regulado y bajo control nuestro gobierno. Si se diese la legalización en España, no dependeríamos de Marruecos, que es una parte del problema”.
Para Soler, “el modelo es Alemania. Son ellos los que han recogido gran parte del trabajo que hemos hecho por toda Europa, también en nuestro país, y están dando pasos hacia la situación que debería ser ideal”. Los germanos acaban de despenalizar el consumo recreativo, pero no son los únicos: “Esta misma semana también Brasil ha firmado algunos avances muy importantes. Nos estamos quedando atrás, cuando somos uno de los países que más atención debería prestar a la cuestión del cannabis, porque es uno de los países donde más afecta”.
En este sentido, desde el ARP sólo le ven ventajas a la legalización cannábica para el país: “Es la forma más eficaz de luchar contra las mafias de verdad. Pero también hay que contemplarlo en términos de empleo; la cantidad de trabajos que generaría esta industria sería incontable, además de los ingresos en impuestos que dejaría a las arcas públicas, igual que ya lo hacen el alcohol o el tabaco”.
Ataques
Reconoce Soler que en el festival cannábico al que acudieron todo fueron loas, pero que también han leído ataques y críticas feroces contra su postura como policías, “especialmente en redes sociales, no directamente de compañeros; pero también hemos notado que esos comentarios suelen llegar de posturas ultraconservadoras, de perfiles muy concretos. Sabemos que habrá agentes que estarán en contra de nuestra posición, pero de momento la acogida es buena. Porque, repito, somos ciudadanos antes que policías”.
Y es que, tras la publicación del manifiesto, se han encontrado con que “había quien nos decía que si estamos locos o llamándonos porreros“. Y Manuel insiste: “No hacemos un llamamiento a que la gente fume. No incitamos a consumir. Lo que queremos es que el que quiera fumarse un porro en España lo haga con la libertad del que quiera beberse una cerveza o fumarse un cigarrillo normal”.