Las elecciones europeas no acabaron demasiado bien para el centroizquierda italiano, pero ahora los progresistas transalpinos finalmente tienen algo de oxígeno. La razón: en la segunda vuelta de las últimas elecciones municipales, han ganado en todas las principales grandes ciudades que estaban en vilo, según el escrutinio definitivo difundido este martes. El resultado se suma a las victorias obtenidas en otras 10 urbes (en tres de las cuales anteriormente gobernaba la derecha) en la primera vuelta, que se celebró hace dos semanas, en paralelo a la cita electoral europea.
El triunfo de los progresistas es particularmente relevante en ciudades como Perugia, donde la derecha gobernaba desde hace una década y ha ganado la primera alcaldesa, Vittoria Ferdinandi, pero también en Florencia, una de las ciudades más turísticas de Italia y donde ganó otra mujer, Sara Funnaro, del Partido Demócrata, cuyo rival era el historiador de arte alemán Eike Schmidt, exdirector de la Galería de los Uffizi y actualmente director (en excedencia) en el museo Capodimonte de Nápoles.
Otras localidades que se añaden a la lista son Bari, una de las ciudades más importantes de la sureña Apulia y recientemente escenario del G7 organizado por la primera ministra, Giorgia Meloni; Cremona, rica ciudad de la llanura Padana; Vibo Valentia, localidad de Calabria que la derecha administraba desde hace 20 años; y Potenza, en la pequeña Basilicata.
Pactos electorales
La receta que ha hecho posible la victoria del centroizquierda ha sido, en más de un caso, el entendimiento entre el Partido Demócrata (PD) y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), un partido populista que en los últimos años ha asumido posiciones más de izquierda. Junto a estas dos formaciones, en algunas localidades, concurrieron además algunas formaciones más pequeñas de centro. Es el caso de Perugia, donde Ferdinandi, considerada cercana a la izquierdista Alianza de los Verdes y la Izquierda, se presentó con una coalición que, además del respaldo de PD y M5S, también contó con el apoyo de cuatro listas cívicas.
“Los electores de centroizquierda nos han demostrado que lo que quieren es unión“, ha resumido el responsable del PD para los territorios, Davide Baruffi. “Se trata de una inversión de tendencia que nadie había previsto”, ha añadido el político. “Es un gran éxito para el PD”, ha festejado la líder del PD, Elly Schlein.
La estrategia ya había sido experimentada en Cerdeña, donde en febrero pasado la política del M5S Alessandra Todde se impuso al candidato de la derecha, Paolo Truzzu. El fin del bloque de centroizquierda entonces era, como ha ocurrido en esta última ocasión, frenar el avance de la derecha y de la extrema derecha.
Eliminar la segunda vuelta
Sin embargo, puede que este objetivo sea más difícil en el futuro. De hecho, en respuesta a los resultados, voces de la mayoría gubernamental han revelado que el Gobierno estaría preparando una propuesta de ley para eliminar la segunda vuelta si los candidatos a alcaldes alcanzan al menos el 40% de los votos en la primera.
La justificación sería que, en las segundas vueltas, la afluencia al voto es mucho más baja que en las primeras, según dijo el presidente del Senado y miembro de Hermanos de Italia, Ignazio La Russa. Todo ello cuando la baja participación —en este caso, menos de la mitad de los electores ejercieron su derecho— es un fenómeno que preocupa cada vez más a los observadores.