La decisión de Emmanuel Macron de convocar elecciones anticipadas en Francia no solo descolocó a muchos franceses, sino también a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Tenían programado un congreso federal diseñado para exhibirse como segunda fuerza a escala nacional y avanzar hacia la victoria que se le vaticina en las regionales del próximo septiembre en el este del país. En las elecciones europeas rozó el 16 % de los votos, algo menos de lo calculado unos meses atrás, pero escalaron a la segunda posición, solo superados por el bloque conservador. Era un hito para un partido al que excluyen, por su radicalismo neonazi, las hasta ahora dos grandes familias de la ultraderecha europea: Conservadores y Reformistas (ECR), el grupo de la italiana Giorgia Meloni, del español Vox o del polaco Ley y Justicia (PiS), así como Identidad y Democracia (ID), el de la francesa Marine Le Pen.

Source link