Pocos espacios deportivos tienen el encanto del Casino de La Garriga. “Es un edificio bonito de ver. Es un club que no tiene la fisonomía habitual de un club deportivo como el que todos pensamos. Por la zona donde está y por el tipo de edificio, ahora no se podría repetir algo igual”, analiza Ferran Insa, jugador profesional de pádel y miembro de la junta directiva de la entidad. El Casino de La Garriga cumple en este 2024 los cien años. Un hito que desde la entidad se quiere celebrar con varios actos deportivos y sociales.
El pádel, evidentemente, ha cogido adeptos y responsabilidades en los últimos años y se ha colado en una entidad que nació como un club social para gente de Barcelona que veraneaba en la zona. “Hace unos 15 años, con la crisis, se pasó muy mal. Se tenía que cerrar el club y la introducción del pádel lo reflotó”, recuerda Insa. En 2011, la entidad construyó las primeras dos pistas. La histórica zona de la petanca pasó a ser la tercera pista de pádel siete años más tarde. Y hace un par de años, se construyó la cuarta pista. Con motivo del centenario, el club ha llegado a las cinco pistas. “A cinco años vista, me imagino el club con un par de pistas más. Una outdoor y una cubierta. Que sea un club referente en la zona”, augura Ferran Insa. Con respecto a la escuela se ofrecen clases para adultos y menores.
Además de estas pistas de pádel, el Casino de La Garriga aún mantiene un par de pistas de tierra batida, dispone de un restaurante y tiene una piscina para sus socios. También tiene salas para actividades dirigidas y el teatro. Un club histórico con un componente romántico que evoca al pasado, pero con una mirada al futuro que va atado, entre otras cosas, a la práctica del pádel.