El cáncer de próstata es el más frecuente entre los hombres. Tanto que se estima que solo este año se diagnosticarán más de 30.000 casos.
Y como ocurre con otro tipo de cánceres, las revisiones periódicas son vitales para evitar los riesgos que conlleva el diagnóstico tardío, cuando la enfermedad ya se encuentra en un estado avanzado.
Sin embargo, como indica a ‘Guías de Salud’ el doctor Fernando González-Chamorro, urólogo en el Hospital San Rafael de Madrid, solo 4 de cada 10 hombres afirman acudir al especialista en urología una vez al año.
Estos datos están muy alejados de la población femenina, donde el 80% no se pierde su cita anual con el ginecólogo.
Además, tal y como señala el especialista:
- “Es un cáncer indoloro y que no produce síntomas hasta que no está muy avanzado, y por eso es especialmente importante acudir a las revisiones anuales a partir de los 50 años”.
Y en el caso de personas que tengan antecedentes familiares de la enfermedad, “se recomiendan empezar a partir de los 45 años”, ya que la prevalencia es más alta y, en muchas ocasiones son más agresivos.
En cuanto a los factores de riesgo del cáncer de próstata, más allá de los familiares diagnosticados con el mismo tumor, también aumenta la probabilidad de padecer cáncer de próstata:
- La obesidad
- La vida sedentaria
- Las dietas ricas en grasas.
Solo en 2020 se diagnosticaron 35.126 nuevos casos y fallecieron más de 5.000 personas a causa de esta enfermedad.
- “Si lo diagnosticamos de forma precoz, a los cinco años, el 98% de los pacientes están vivos”. En cambio, si se ha diseminado a otras partes del cuerpo, la tasa de supervivencia a cinco años se reduce al 31%.
¿Qué síntomas deben alertarnos?
De acuerdo a la Asociación Española de Urología (AEU):
- Dificultad para orinar o mucho dolor al hacerlo.
- Aumento en el número de veces que vas al baño a orinar.
- Problemas de incontinencia.
- Pérdidas nocturnas de orina.
- Bloqueo en la vía urinaria.
- Orinar con sangre.
Tratamiento para el cáncer de próstata
El mejor tratamiento para el cáncer de próstata es la cirugía.
La prostatectomía es una intervención para extirpar la próstata y el tejido que la rodea, y se realiza “con el sistema quirúrgico Da Vinci, por la seguridad y escasos efectos secundarios que ofrece”.
También se pueden utilizar otros tratamientos, como la radioterapia.
- “Sin embargo, cuando no hemos sido capaces de diagnosticar el tumor a tiempo y ya no podemos aplicar estos tratamientos, existen terapias que permiten que el paciente, aunque no se cure del cáncer, pueda vivir muchos años con una buena calidad de vida”.
Se puede vivir perfectamente sin próstata porque no es un órgano vital, aunque su extirpación puede provocar incontinencia urinaria o impotencia sexual
Pero “hoy en día, y con los procedimientos quirúrgicos tan avanzados, las probabilidades de que surjan estas consecuencias son muy bajas”.
- La Asociación Española de Urología también hace hincapié en que no todos los tumores tienen que ser tratados. Sobre todo si son “etiquetados de bajo o muy bajo riesgo, poco agresivos y poco voluminosos”.
Programa Vigilancia Activa
Eso sí, deben ser controlados mediante el programa que denominan Vigilancia Activa.
Pero, ¿en qué consiste?
- “El primer paso es tener la máxima certeza de que el tumor es poco agresivo y no muy extenso. Para ello, los médicos especialistas en Anatomía Patológica, tras observar al microscopio las muestras de biopsia de próstata nos permiten identificar esos tumores de bajo/muy bajo riesgo”, detalla la AEU.
- “A partir de ese momento es cuando los urólogos ponemos en conocimiento del paciente los hallazgos de la biopsia y las diferentes opciones de tratamiento. Y si la Vigilancia Activa es pertinente”.
- “Los radiólogos, mediante la realización de resonancias magnéticas muy especializadas, nos ayudan a mantener un control riguroso del tumor, controlando que no crezca en exceso o cambie a un aspecto más agresivo”.
El tacto rectal, el ‘enemigo’ del cáncer de próstata
Esta prueba es un examen médico que consiste en la introducción de un dedo por el ano para palpar el tamaño y estado de la próstata. Y aunque pueda resultar sorprendente, es uno de los argumentos más citados (según la Fundación para la Investigación del Grupo Urológico San Rafael) para no acudir al urólogo.
- “Observamos que la prueba del tacto rectal sigue causando respeto entre la población masculina, cuando en realidad ya no es el instrumento más significativo para revisar la próstata u otras dolencias masculinas”.
Como destaca Andrés de Palacio España, también urólogo en el mismo centro hospitalario:
- “Los hombres tenemos menor esperanza de vida que las mujeres, sobre unos cinco años, pero en muchas ocasiones podríamos atrasar la mortalidad si tomáramos medidas para llevar una vida más saludable y acudiéramos con mayor asiduidad a visitar a los especialistas que pueden ayudarnos a prevenir y tomar conciencia sobre nuestra salud, como es el urólogo”.
El tacto rectal es indoloro y apenas dura unos segundos. Pero es una prueba que, junto a una analítica de sangre, permite no solo descartar el cáncer de próstata, sino la probabilidad de padecerlo en el futuro.
- El primer signo de la enfermedad es el hallazgo de PSA (antígeno prostático específico) elevado en un análisis de sangre.
“Podemos asignar una probabilidad de que desarrolle el tumor y poder decirle que debe revisarse anual o bianualmente”, explica González-Chamorro.
Precisamente, uno de los datos más reveladores sobre la falta del conocimiento entre la población masculina es que el 57% desconoce en qué consiste la determinación analítica en sangre del PSA, que permite detectar de forma precoz un posible caso de cáncer de próstata.