En las últimas semanas, se ha hecho viral una nueva tendencia en TikTok que recomienda congelar el pan para hacerlo más saludable. Algunos usuarios de la popular red social respaldan sus argumentos citando investigaciones. No obstante, existe una parte verídica de esta afirmación, aunque los efectos reales sobre nuestra salud no son tan importantes como se dice.
Al cocinar la masa del pan en el horno, el almidón provoca que la harina se expanda. Estos almidones gelatinizados son más fáciles de digerir, provocando que la glucosa sea más fácil de absorber para nuestro cuerpo. Este mismo proceso se repite en el pan blanco o las patatas.
Cuando estos alimentos con almidones gelatinizados se enfrían, el almidón que se expandió se encoge de nuevo, convirtiéndose en almidón resistente. Estos son más difíciles de descomponer para nuestro sistema digestivo, de forma que a nuestro cuerpo también le cuesta apoderarse de la glucosa.
En este sentido, es menos probable que el almidón resistente cause un pico de azúcar en sangre y de insulina tras su ingesta. Una investigación elaborada con diez voluntarios sanos, analizó los efectos de congelar el pan blanco. Al congelar y descongelar el pan casero, la cantidad de azúcar en sangre en dos horas se redujo en un 31%. Al tostarlo después, este porcentaje aumentó hasta el 39%.
Desafortunadamente, al utilizar este mismo proceso con el pan comercial, no se mostró ninguna mejora en la respuesta de azúcar en sangre. En este contexto, congelar el pan casero antes de comerlo podría reducir los niveles de azúcar en sangre, pero los efectos a largo plazo en enfermedades como la diabetes tipo 2 no han sido probados y es probable que sean insignificantes.