Reza un viejo dicho mitad serio y mitad a modo de broma que el buen portero es “el que no se mete los balones que van fuera y para alguno de los que van dentro”. Eso podría traducirse a los banquillos para calificar como buen entrenador al que no hace peor a ningún jugador y mejora a algunos.
En este apartado ocuparía un lugar primordial Sergio Scariolo, el mejor seleccionador español de la historia. Con la milagrosa conquista del Europeo de Alemania en 2022 cuando nadie apostaba por un equipo plagado de bajas como gran logro, lo sucedido en el Preolímpico ante una Bahamas llenas de figuras de la NBA sería otro buen ejemplo de ello.
¿Cómo es posible que Willy Hernangómez haya brillado tanto en Valencia después de no convencer a casi nadie en su primera temporada en el Barça? Háganse la pregunta de otra forma. ¿Por qué el madrileño suele destacar a las órdenes del italiano?
La respuesta es simple, aunque no tanto. ¿Qué hace Scariolo? Pues examinar las virtudes de sus jugadores para potenciarlas e identificar sus carencias para taparlas. El azulgrana es un gran finalizador, ya sea jugando por encima del aro como provocando faltas para anotar desde el tiro libre. Para ello necesita confianza, algo que tiene por arrobas con La Familia.
Otro detalle es saber propiciar las situaciones de juego en las que el ex de los Pelicans se encuentra cómodo, creando espacio para que pueda pivotar de espaldas al aro y buscándolo en las continuaciones hacia dentro en el ‘pick and roll’, algo que sí se ha visto mucho en el Barça.
Los problemas del madrileño llegan en defensa y ahí es donde actúa la ‘varita mágica’ del seleccionador. Mientras en el Barça coincidía muchos minutos con Jabari Parker, en la selección tiene a su lado a Santi Aldama y, sobre todo, a un Usman Garuba que saben hacer muy bien su trabajo. ¿Por qué creen que Joan Peñarroya está pidiendo un ‘4’ físico?
De todas formas, no es el único caso. Scariolo sabe cómo dar un rol protagonista a un Alberto Díaz casi centrado en la defensa en Unicaja con Carter, Perry, Kalinosky y Taylor al lado. También hizo lo mismo con Juancho Hernangómez, quien parecía Larry Bird en la final del Europeo. O con Brizuela, que deslumbra con la selección cuando ha estado casi apagado en el Palau. Es el valor de contar con un entrenador de campanillas.