Los tampones de varias marcas que utilizan millones de personas en el mundo cada mes pueden contener metales tóxicos como el plomo, arsénico y cadmio, según ha descubierto investigadores de la Universidad de California en Berkeley.
Alrededor del 42% de las personas que menstrúan en España utilizan tampones, según datos del estudio de equidad menstrual del Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol i Gurina (IDIAPJGol). Pero ahora, el estudio que se acaba de publicar en la revista ‘Environment International’ muestra que su uso es una fuente potencial de exposición a metales que podrían ser absorbidos por el tejido de la vagina. Esta, advierten, tiene un mayor potencial de absorción de sustancias químicas que la piel de otras partes del cuerpo, lo que daría lugar a una exposición sistémica.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores evaluaron las concentraciones de 16 metales (arsénico, bario, calcio, cadmio, cobalto, cromo, cobre, hierro, manganeso, mercurio, níquel, plomo, selenio, estroncio, vanadio y zinc) en 30 tampones de 14 marcas y 18 líneas de productos. Tres marcas fueron compradas en Europa. Después compararon las concentraciones según las características del tampón. Encontraron alguno en todos.
Las concentraciones de metales variaron según el lugar de compra de los tampones (EE.UU frente a la Unión Europea/Reino Unido), si eran orgánicos frente a no orgánicos, y si eran de marca o de marca comercial. Sin embargo, descubrieron que los metales estaban presentes en todos los tipos de tampones; ninguna categoría tenía concentraciones consistentemente más bajas de todos o la mayoría de los metales. Las concentraciones de plomo fueron más altas en los tampones no orgánicos, pero el arsénico fue más alto en los tampones orgánicos.
¿Por qué decidieron buscar metales en tampones? La autora principal, Jenni A. Shearston, investigadora postdoctoral en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley, explica por correo electrónico a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del mismo grupo editorial, que, para empezar, porque tiene el periodo, igual que varias personas de su grupo de investigación.
“Investigamos mucho sobre los metales y ya sabíamos que el algodón, un ingrediente importante de los tampones, puede contener muchas sustancias químicas diferentes. Sin embargo, cuando buscamos, no pudimos encontrar ningún estudio sobre los metales en los tampones. ¡Queríamos conocerlo tanto a nivel personal como profesional! No esperaba encontrar los 16 metales y aún menos plomo en el 100% de los tampones que probamos“, asegura.
Falta investigación
Con todo, en un comunicado lamenta que, a pesar de este gran potencial de preocupación para la salud pública, se han realizado muy pocas investigaciones para medir las sustancias químicas presentes en los tampones. “Creo que una de las razones es que, en general, ha habido un tabú histórico en torno a la menstruación y a los periodos. Esto no solo afecta la forma en que hablamos de ellos, sino que también ha contribuido a la falta de investigación científica sobre los productos menstruales y los períodos”, cuenta.
Hasta donde saben, este es el primer artículo que mide los metales en los tampones, pero no saben hasta qué punto puede influir en la salud. “Es demasiado pronto para decirlo, y quiero animar a la gente a que no entre en pánico. Hasta ahora lo que sabemos es que hay metales presentes en todas las muestras que analizamos. Sin embargo, todavía no sabemos si pueden filtrarse del tampón y si el cuerpo los absorbe”, indica.
“Por lo tanto -prosigue-, todavía no podemos evaluar en qué medida (si es que hay alguno) los metales contribuyen a algún problema de salud en los tampones. Necesitamos más investigación sobre esta área tan poco estudiada, especialmente porque millones de personas podrían verse afectadas”, asegura. Trabajarán en ello.