Joao Félix afrontaba la Eurocopa de Alemania con la voluntad de redimirse tras una temporada irregular con el FC Barcelona. El atacante quería convencer a Roberto Martínez y ser importante para su selección en la máxima competición continental. Lo que empezó como un tren de esperanza, sin embargo, terminó con una profunda tristeza y decepción. El atacante no solo no disipó dudas, sino que falló la pena máxima decisiva en la tanda de penaltis que acabó con el sueño de Portugal y clasificó a Francia para las semifinales.

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