De nuevo, centenares de panfletos cayeron del cielo. “La Ciudad de Gaza continuará siendo una zona de combate peligrosa”, se leía. Así ha pedido esta semana el Ejército israelí a miles de palestinos que evacúen esta ciudad homónima en el centro de la Franja de Gaza en medio de intensos combates. Los folletos lanzados desde aviones se dirigían a “todos en la Ciudad de Gaza”, unos 300.000 ciudadanos, a abandonarla a través de rutas seguras designadas que las llevarían a los supuestos refugios sureños de Deir el Balah y el Zawaida, zonas que siguen siendo atacadas. Los civiles que huyen de Ciudad de Gaza han denunciado haber presenciado el asesinato a tiros de algunas personas durante las evacuaciones forzadas.
Se trata de la segunda vez desde el inicio de la guerra que las tropas israelíes exigen la evacuación de toda la Ciudad de Gaza. Durante las dos últimas semanas, las fuerzas hebreas han vuelto a entrar en varios barrios donde, hace meses, consideraron que Hamás había sido neutralizado y ahora creen que combatientes del grupo y de la Yihad Islámica Palestina se han reagrupado a lo largo de esta primera mitad del año. Más allá de los combates callejeros, la población civil gazatí se enfrenta a los constantes bombardeos que se expanden a lo largo y ancho del enclave palestino. Una cincuentena de personas han perdido la vida en las últimas 24 horas. Al menos 38.345 palestinos han muerto desde el 7 de octubre y unos 88.295 han resultado heridos, en medio del colapso del sistema sanitario y de la desaparición de miles de personas bajo las ruinas.
Francotiradores israelíes
Muchos palestinos en Ciudad de Gaza han decidido que esta vez no se van. “No cometeré el estúpido error que otros han cometido: los misiles israelíes no distinguen entre el norte y el sur”, ha dicho a la BBC Ibrahim al Barbari, un residente de 47 años. “Si la muerte es mi destino y el destino de mis hijos, moriremos con honor y dignidad en nuestros hogares”, ha añadido. Algunos de los que optan por quedarse no es la primera vez que son llamados a evacuar y que han cumplido con estas órdenes, perdiendo, a su paso, familiares y pertenencias por el camino. En medio de la destrucción, los gazatíes que sí han acatado la orden denuncian que los francotiradores israelíes disparan a los civiles en estas rutas supuestamente seguras que ellos mismos han designado. Además, no permiten el acceso de paramédicos u otros civiles para retirar los cadáveres.
El personal de la ambulancia, obligado a dar marcha atrás, ha confirmado a Al Jazeera que las autoridades israelíes les habían advertido que dispararían a cualquiera que se acercara al fallecido. Este mismo lunes las revistas israelíes independientes ‘+972′ y ‘Local Call’ han denunciado, a través de testimonios de soldados que han estado estos meses en Gaza, que gozan de la ausencia casi total de normas de tiro, “con las tropas disparando a su antojo, incendiando casas y dejando cadáveres en las calles, todo ello con el permiso de sus comandantes”. También esta semana Israel ha ordenado la evacuación de unas 250.000 personas en Jan Yunis, donde se habían refugiado los desplazados de Rafah, en la frontera con Egipto.
Muertos por falta de saneamiento
Naciones Unidas ha mostrado su preocupación repetidas veces por estas órdenes de evacuación. Ante las llamadas israelíes a moverse a Deir el Balah, la portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés), Louise Wateridge, ha recordado que la instalación administrada por la agencia ya alberga a 14.000 desplazados en esta ciudad superpoblada en el centro del enclave. Este refugio no ha recibido ningún alimento para distribuir desde el 11 de marzo. “La instalación sólo cuenta con 25 baños, lo que significa que 560 personas comparten un solo baño sin productos de higiene y con escasez de agua por falta de combustible para bombear el agua del pozo”, señala Wateridge, a la vez que recuerda que dos personas han muerto en estas instalaciones por falta de saneamiento.
La intensificación de la actividad militar se produce a la vez que mediadores estadounidenses, egipcios y qataríes se reúnen con funcionarios israelíes en Doha para seguir con las conversaciones para el acuerdo de alto el fuego. Hamás ha dicho que la renovada actividad de Israel en la ciudad amenaza con hacer descarrilar las negociaciones que buscan la liberación de los rehenes israelíes y el fin de la guerra en Gaza. El Estado hebreo “está intentando presionar las negociaciones intensificando los bombardeos, los desplazamientos y cometiendo masacres“, ha dicho el alto responsable de Hamás, Hossam Badran, a la Agencia France Presse.