Luis de la Fuente celebrates with Dani Olmo and Nacho Fernández the pass to the semifinals of Euro 2024 / EFE

Los nombres cada día ganan menos títulos, los hombres, si trabajan en bloque, cada partido son más fuertes. Las individualidades en un juego de equipo como el fútbol quedan eclipsadas muchas veces por la fuerza del bloque. Con contadas excepciones, caso Lamine y Nico Williams, la fuerza se impone a la técnica. Es difícil brillar a título personal cuando siempre hay tres o cuatro rivales cerca dispuestos a marcarte con fuerza y en ocasiones con contundencia excesiva. La mayoría de equipos están más empeñados en destruir que en construir. El Francia-Portugal fue un claro ejemplo de dos selecciones con jugadores talentosos que se preocuparon más en defender que en atacar.

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