La selección española respira aliviada después de superar el comprometido cruce de los octavos de final de la Eurocopa de Alemania. Nadie se fiaba de Georgia, pero los nervios pudieron con el equipo de inicio como se vio en el gol encajado en propia puerta de Le Normand, si bien la superioridad de la Roja acabó por imponerse.
El equipo está de nuevo en su centro de concentración en la Selva Negra y los futbolistas que no participaron o fueron suplentes en Colonia tuvieron sesión de campo, mientras que los titulares se quedaron en el gimnasio recuperando energías. La rutina habitual después de cada partido.
La mejor noticia para Luis de la Fuente es que tiene a los 26 futbolistas disponibles para el duelo ante Alemania en Stuttgart. Los distintos tocados que se han perdido partidos en la fase inicial, como Laporte, Nacho, Ayoze o Jesús Navas, están en perfectas condiciones para afrontar un choque que ilusiona mucho al equipo.
El buen ambiente se notó en la sesión de los suplentes y también en el viaje de vuelta desde Colonia. El equipo partió por la mañana en vuelo chárter hasta Stuttgart para seguir por carretera hasta Donaueschingen, donde fueron de nuevo muy bien recibidos en el hotel de concentración.
Liberados de presión
Todo era felicidad en la selección española y ahora la sensación ha cambiado. Ya no se percibe la imperiosa necesidad de ganar, sino la ocasión de oro de apear por primera vez en la historia de la Roja a una anfitriona en un gran torneo.
España solo ha ganado al equipo local en torneos de menor rango como la desaparecida Copa Confederaciones en 2009 con Sudáfrica y en la UEFA Nations League del 2021 ante Italia en San Siro.
Los jóvenes futbolistas españoles están con la moral por las nubes y con un plus de motivación muy elevado para seguir con su buena racha de resultados y encadenar la quinta victoria consecutiva en la Eurocopa.
De pasar este envite, España se habría ganado la vitola de gran favorita al título tanto por sus resultados como el exquisito juego mostrado durante la competición.