Fueron más de tres horas de negociación y siete horas atrincherado en su vivienda de Costa Calma (Fuerteventura) para evitar ser detenido. Sobre él pesaban varias denuncias por violencia en el ámbito familiar y una requisitoria de búsqueda, detención y presentación en un juzgado de Melilla. La Guardia Civil logró poner a salvo a la víctima, pero él alcanzó a encerrarse en su domicilio. Hasta el día siguiente, los agentes de Morro Jable no lograron que depusiera la violenta actitud y engrilletarlo.
Los hechos ocurrieron el 20 de junio. La Guardia Civil del puesto principal de Morro Jable fue activada para actuar en un caso de malos tratos en el ámbito familiar ocurrido en la localidad de Costa Calma, en el municipio de Pájara. Una vez se personaron en el domicilio, lograron dar protección a la mujer, que primero fue trasladada a dependencias oficiales y luego a un lugar seguro y alejado de su verdugo.
Al mismo tiempo, intentaron detener al maltratador, pero no lo lograron porque se encerró en la vivienda. Al día siguiente, a primera hora, los agentes volvieron y en el interior continuaba el acusado de un delito de malos tratos. Al descubrir la presencia policial, «reaccionó de forma violenta hacia los agentes, encerrándose nuevamente en el domicilio», explican fuentes de la Guardia Civil: «Desde allí lanzó objetos y enseres por la terraza a todos los presentes». Guardias, viandantes, vecinos… Le dio igual quien pasase por delante de la terraza de su piso y a quien pudiese lesionar.
A partir de ese momento, se atrincheró. Durante el tiempo que duró el encierro -unas siete horas- el presunto agresor grabó vídeos que publicó en redes sociales. En ellos amenazaba con suicidarse y con agredir y lesionar a cualquier persona que intentase acceder a la casa. Las imágenes no dejaban lugar a dudas sobre el grado de agresividad y alteración del varón, que en ningún momento mostró voluntad de colaborar con los investigadores.
Ante esta circunstancia, los agentes activaron a un negociador, un compañero especializado y destinado en una unidad de Fuerteventura para que utilizara las técnicas de comunicación y persuasión con el objetivo de que el atrincherado desistiese de sus intenciones. La situación era preocupante, vistas las horas que habían trascendido (casi cuatro, desde que llegaron los primeros agentes) y las amenazas autolesivas que el hombre, de 34 años, profería.
El negociador estuvo durante tres horas en el entorno de la vivienda, tras conseguir entablar comunicación con el acusado de malos tratos. «Aplicó las técnicas de escucha activa, comunicación y persuasión que permitieron calmar la situación y reducir la tensión», afirma la Guardia Civil. Así consiguió que desistiese de sus intenciones y que no se autolesionase.
El experto mantuvo la conversación y, tras tres horas, cuando el reloj ya alcanzaba las tres de la tarde, el hombre salió del domicilio de manera voluntaria. Fue atendido por un médico facultativo e, inmediatamente, detenido.