Fueron más de tres horas de negociación y siete horas atrincherado en su vivienda de Costa Calma (Fuerteventura) para evitar ser detenido. Sobre él pesaban varias denuncias por violencia en el ámbito familiar y una requisitoria de búsqueda, detención y presentación en un juzgado de Melilla. La Guardia Civil logró poner a salvo a la víctima, pero él alcanzó a encerrarse en su domicilio. Hasta el día siguiente, los agentes de Morro Jable no lograron que depusiera la violenta actitud y engrilletarlo.

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