“Chile es un país serio, en donde las instituciones funcionan, en donde hay separación de poderes, y en donde la Fiscalía y el Ministerio Público están llevando una investigación seria, responsable”. El presidente Gabriel Boric dejó públicamente constancia del malestar de su Gobierno con Venezuela a través de una nota entregada al embajador Arévalo Méndez. El desagrado ha sido consecuencia de las opiniones del fiscal general de ese país, Tarek William Saab, quien atribuyó el asesinato en Santiago de un exmilitar opositor a Nicolás Maduro, Ronald Ojeda, a un intento de “enturbiar las relaciones” bilaterales “justo cuando ocurría un importantísimo acercamiento”. Según Saab, el crimen de Ojeda es de carácter político, pero no de la intencionalidad que le atribuyen “los medios chilenos y que la Fiscalía chilena no ha querido desmentir ni corroborar”. A su criterio, se ha tratado de “una operación de falsa bandera” de la que participaron “personas involucradas en todas las etapas del hecho que no han podido ser identificadas y que pueden pertenecer a organismos de inteligencia de terceros países“. Una delegación de la fiscalía que controla desde 2017 estuvo en Chile y se entrevistó con el Director de la Unidad de Cooperación Internacional y Extradiciones, quien, dijo Saab, “no dijo ni aportó nada”. Venezuela, añadió, es el país más interesado en esclarecer el asesinato del militar.
En febrero pasado, Ojeda fue sacado de su casa en la capital chilena, donde vivía con su esposa y su hijo, en el marco de una operación supuestamente llevada a cabo por supuestos integrantes de la Policía de Investigaciones (PDI). El secuestro fue captado por las cámaras de seguridad. Días más tarde, el cuerpo del exmilitar, quien se encontraba en Chile como asilado político, apareció en una maleta que había sido enterrada bajo cemento. Tenía 34 años
Desde hace meses, las autoridades chilenas venían expresando su malestar por la postura de Venezuela frente al homicidio. El subsecretario del Interior y Seguridad Pública, Manuel Monsalve, sostuvo el pasado miércoles que las tareas de esclarecimiento del asesinato han registrado un avance “importante”, con un detenido, varios sospechosos identificados de nacionalidad venezolana y dos prófugos de esa nacionalidad que han vuelto a su país.
La respuesta de Boric
En ese contexto se conoce el pronunciamiento de Saab, que incluyó una crítica al “profesionalismo” de los investigadores del caso, lo que provocó la reacción de Boric. “Los comentarios del fiscal venezolano dan cuenta de que no hay una voluntad adecuada para poder resolver un caso que es tremendamente complejo”. Boric anunció a su vez que la diplomacia de ese país llevará adelante “todos los mecanismos que existen en materia de relaciones exteriores para velar que este crimen atroz no quede en la impunidad y que sea juzgado y sancionado en Chile”.
Boric se permitió también una alusión sutil pero cabalmente comprendida en el mundo político hacia Maduro y la distancia entre las palabras y los hechos. “Escucho permanentemente declaraciones que pueden ser muy grandilocuentes, pero lo que ha demostrado que funciona es el trabajo serio, el trabajo cuando hay una cooperación bilateral”.
El caso Ojeda añadió una capa de conflictividad a las relaciones entre el Gobierno de izquierdas y la oposición de derechas, que suele cuestionarle al Palacio de la Moneda cierta indulgencia hacia el Palacio de Miraflores. El senador Francisco Chahuán, integrante de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, dijo que las declaraciones de Saab muestran que Venezuela “no está dispuesto a extraditar a los involucrados”. El Gobierno, remarcó el legislador, ha sido “ingenuo” al esperar la colaboración del ministerio Público venezolano.