Carlos Alcaraz ya está en los cuartos de final de Wimbledon después de doblegar a un Humbert que estuvo a punto de ponerle contra las cuerdas. El francés aprovechó los minutos de desconexión del murciano para meterse en partido y poner el billete a los cuartos en apuros.
Sin embargo, el de El Palmar es capaz de todo. De desconectar y conectarse en cuestión de unos pocos minutos. Tiró prácticamente el tercer set después de haberse llevado los dos primeros con mucha concentración y elevó su juego en los momentos cruciales de la cuarta manga, cuando se iba a decidir todo. Victoria de mucho mérito para seguir el camino. Un triunfo como una Catedral. La del tenis en el All England Club.
Un partido con más partidos
El primero, sin duda, fue para Alcaraz. Empezó sólido Humbert, con un saque demoledor, aprovechando su condición de zurdo y ese revés paralelo que le iba a incomodar a Carlitos durante todo el partido. Sin embargo, el murciano le cogió la temperatura al partido y, cuando el francés no se dio cuenta, ya gobernaba el encuentro con ese primer break que iba a ser, a la postre, casi definitivo para la primera manga.
Acumulaba el galo ya diez errores no forzados en apenas cuatro juegos y medio. Al contrario, concentrado y preciso en el servicio, Alcaraz no titubeó y se mostró segurísimo, sabiendo que Humbert se hacía muy fuerte con el segundo servicio. Al final, se llevó el primer set al resto.
En la segunda manga, demostración de un Alcaraz más pausado, sabedor de que igual iba a tocar sufrir. Y vaya si lo tuvo que hacer. Humbert comenzó a meter más bola, mantuvo ese dominio con el revés paralelo y, de paso, tuvo hasta cuatro bolas de break con 2-2 en el marcador. Sin embargo, el murciano ahí estuvo para neutralizarlo.
Primero permitió seguir sin conceder nada, y luego se llevó el 4-3 con servicio a su favor que también estuvo en el alambre. Demostración de poderío y consistencia cuando el rival más apretaba. Aguantar y aguantar hasta que el rival te concede media oportunidad. Y así fue. Con 5-4, Alcaraz logró romperle el servicio a Humbert en la única bola de break de la manga. Todo entrega. Incluso desde el suelo. Rotura y set.
El segundo partido
A partir de la tercera manga, empezó el segundo partido. Y ahí Alcaraz no anduvo demasiado cómodo. Perdió la concentración en algunos momentos y Ferrero, que no se había inmutado hasta el momento, empezó a activarse. No encontraba su juego el murciano y, mientras, el francés, que no había logrado ni un solo break en dos sets, encadenó uno tras otro hasta finiquitar la manga con un contundente 6-1.
El último set poco tuvo que ver con lo visto antes. De apenas romperse el servicio, algo harto complicado en hierba, a sumar tantos juegos como ‘breaks’. Creía Alcaraz que, después de haber sufrido tanto en el tercero, en el cuarto todo iba a ir a mejor. Y así empezó, con una rotura que daba esperanzas de poder matar el partido lo antes posible.
Sin embargo, Humbert jamás tiró la toalla. A cada vez ‘break’ del murciano respondía el francés con un nuevo ‘contrabreak’. Animaba Ferrero mientras Alcaraz decía que no con la cabeza. Al final, todo se tenía que desequilibrar en el 5-5. Cuando el panorama empezaba a ensombrecerse y parecía que nos ibamos a ir al quinto set, el de El Palmar sacó su mejor juego para forzar el break y, después, hizo bueno su servicio para llevarse el billete a los cuartos.