Cuando una relación sentimental termina la situación es muy complicada. Muchas personas alargan más de lo necesario un noviazgo debido al tiempo y cariño que ha invertido, y del que cuesta desprenderse. En una relación entre dos personas se comparten muchos momentos especiales. Además del sentido emocional, en algunos casos hay detrás un contexto económico.
El autoengaño forma parte de muchas parejas, que alargan su relación sin sentir que están enamoradas. Una de las razones por las que continuamos con este tipo de relaciones es por la culpa. El concepto de dejar a una persona genera duda e inseguridad. “El proceso de ruptura sentimental requiere de una gran valentía. De igual manera, por mucho tacto que apliquemos, no siempre será posible minimizar los daños”, explica la psicóloga Cristina Centeno. “Lo importante es priorizar la propia felicidad y el bienestar”, añade el psicólogo Aldrich Chan.
Hay otras parejas que deciden continuar juntas cuando no están enamoradas por miedo a la soledad. “Nunca deberíamos quedarnos con alguien que no encaja con la esperanza de que ya cambiará, sino con alguien que encaja en lo que buscamos”, recomienda Silvia Congost, psicóloga experta en dependencia emocional.
Por otro lado, la dependencia económica es otro de los motivos por los que muchas parejas no rompen. “Permanecer juntos porque dependes económicamente de tu pareja puede ser problemático”, afirma Chan.
La crianza de los hijos también resulta un escollo para abandonar una relación. “De hecho, permanecer en una relación únicamente por los niños puede tener consecuencias negativas para los pequeños, especialmente si la relación entre la pareja no es saludable o es tóxica”, asegura el psicoterapeuta Adrine Davtyan.
Finalmente, la presión social de amigos o familiares puede suponer un problema para dejar a tu pareja. “Decidir continuar por presiones externas, como las expectativas familiares o el miedo a ser juzgados, no es nada sano para la relación”, termina diciendo Chan.