El órdago se cumplió y hay ruptura total. Vox saldrá de los cinco gobiernos autonómicos que comparte con el PP. Su líder, Santiago Abascal, lo dejó claro en presencia de todos dirigentes regionales en una breve comparecencia en la sede nacional del partido en Madrid: “Es imposible pactar con el que no quiere hacerlo. El comité ejecutivo constata que los acuerdos regionales están rotos y acuerda retirar el apoyo parlamentario. Los vicepresidentes anunciarán su dimisión y Vox pasará a la oposición“. Además de salir de los ejecutivos de Castilla y León, Aragón, la Región de Murcia y Comunidad Valenciana, el partido de Abascal también retira el apoyo que daba a Baleares a pesar de no tener consejeros.
Abascal dirigió todos sus ataques a Alberto Núñez Feijóo, al que acusó de estar apoyando a un Gobierno en España encabezado “por un autócrata corrupto aliado de las peores dictaduras, sometido a Marruecos y con su familia sentada en el banquillo por robar”. El líder de Vox insistió en que el PP ha pactado el Consejo General del Poder Judicial, los principales cargos en la Unión Europea, las comisiones en el Congreso y recientemente el reparto de menores migrantes en Canarias, lo que ha sido la gota que ha colmado el vaso. “Feijóo ha creído oportuno pactar permanentenmente con el autócrata y, mientras tanto, ha torpedeado todos los acuerdos con Vox en las regiones. Pues lo ha conseguido”.
La reunión del comité ejecutivo nacional de Vox empezó casi a las siete menos cuarto de la tarde, cuando llegó Juan García-Gallardo, el vicepresidente de Castilla y León, el último de los dirigentes que llegaba en AVE desde Valladolid. Antes de él lo hicieron a cuentagotas el resto de líderes territoriales. Todos entraron directamente al garaje subidos en coches y sin hacer declaraciones. Tampoco se dejó ver Abascal, aunque durante la mañana estuvo en el pleno del Congreso. Allí ya dejó claro ante los medios que “nadie les había votado para aceptar la política migratoria de Pedro Sánchez ni el reparto de menas” (menores migrantes no acompañados) y que el PP “no cuenta con nosotros” para eso.
Fuentes de la dirección nacional insistían en que la visión del líder era la de “tener y cumplir con la palabra dada” porque “sin eso no hay nada más”. De alguna manera dejaban claro que ya no quedaba otro camino que la ruptura en bloque de las comunidades, después de que todas las del PP aceptaran acoger a los 347 adolescentes y niños que esperan en Canarias. Génova saca pecho de la decisión tomada –“hemos hecho lo correcto”, repetían- afirmando que es una respuesta “desproporcionada” teniendo en cuenta que Castilla y León acoge a 21 menores, la Comunidad Valenciana a 23; Murcia a 16; Aragón a 20; y Extremadura a 30. “Es una excusa. Quieren romper por otras circunstancias”, aseguraban.