El Observatorio de Salud y Cambio Climático, que depende de los Ministerios de Sanidad y de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha establecido un nuevo criterio de alertas por temperaturas extremas. Se ha creado con la vocación de “salvar vidas, especialmente de colectivos vulnerables”.
De esta manera, los avisos amarillo, naranja y rojo que emite Meteoalerta por altas temperaturas, un sistema muy consolidado y reconocido por la sociedad española y con el que se documentan las autoridades de Protección Civil con 72 horas de antelación para hacer seguimiento de la evolución y activar o no una alerta, será ahora complementado por las nuevas alertas de Meteosalud.
Los primeros dependen de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y son avisos de fenómenos meteorológicos extremos, entre ellos temperaturas extremas, pero también, por ejemplo, temporales de nieve. Por su parte, Meteosalud es un sistema que examina cómo el calor afecta a los distintos niveles de riesgo para la salud, principalmente en la población vulnerable, como personas mayores, lactantes y menores de 4 años (que no mueren, pero desarrollan problemas de salud), embarazadas, enfermos cardiovasculares, pulmonares y con otro tipo de afecciones, para adecuar las alertas a esa situación.
Desde el Ministerio de Sanidad, definen este Meteosalud precisamente como “una herramienta de adaptación al cambio climático”. Indican que no podían retirar el sistema de Meteoalerta de AEMET, porque “se usa en muchas políticas sectoriales”, por lo que la solución es complementarlo con este nuevo instrumento, también disponible en la página web de AEMET. “Meteoalerta y Meteosalud no dan la misma información. Meteoalerta es un aviso, mientras que Meteosalud establece un nivel de riesgo y sólo funciona en situaciones de temperaturas máximas, no en otros fenómenos meteorológicos adversos”.
No son lo mismo 35ºC en Córdoba que en Asturias
Desde Sanidad, explican que este sistema sirve para adaptar las alertas también a las diferentes zonas. “Podemos tener un umbral de temperatura de 40,4ºC en la campiña cordobesa y el riesgo no es alto porque la población esta adaptada; pero 23,9ºC en el litoral occidental asturiano, sí lo son”, indican.
“Con unas mismas temperaturas en una zona específica de España, Meteoalerta quizás no marca un nivel alto de riesgo, pero Meteosalud, sí”, reflejan. De esta forma, comenzarán a repetirse en los medios de comunicación premisas tales como “se ha emitido un aviso amarillo por altas temperraturas en la zona x y existe riesgo de nivel rojo de Meteosalud, para los grupos de población vulnerable”.
El sistema Meteosalud, del Observatorio de Salud y Cambio Climático, fruto de una colaboración interministerial, prioriza la salud. “La crisis climática es una crisis de salud pública”, recalcan desde el Ministerio de Sanidad.
Calor, causa de muertes
En España, el principal impacto en términos de mortalidad en este sentido es el calor. El 91% de las muertes asociadas de 1980 a 2020 por fenómenos meteorológicos adversos deriva del calor.
Y no sólo las muertes, también otros posibles impactos, como deshidratación, calambres, sarpullido y otros problemas de salud. De hecho, la menor causa de muertes por altas temperaturas es, al contrario de lo que se piensa, es el golpe de calor, que sólo se presenta entre un 2 y un 3% de la población. Por golpe de calor, en 2022 se registraron 20 decesos y, en 2023, 24.
La siguiente es la mortalidad atribuible a altas temperaturas, que afecta a población vulnerable, que tiene afecciones previas y factores de riesgo y, con el calor, empeora su condición. En 2022 se atribuyeron 4.813 muertes a esta causa y, en 2023, un total de 3.009. Y, por último, la morbilidad asociada a altas temperaturas, que provoca que se registren un 10% más de ingresos hospitalarios, un 90% más de trastornos metabólicos y de obesidad, y un 77% más en insuficiencia renal, de acuerdo con datos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).