La ascendencia de José Luis Rodríguez Zapatero sobre la militancia socialista es innegable. Sobre todo después de que se echase a sus espaldas buena parte de la campaña del 23-J en la que su antecesor, Felipe González, estuvo ausente y ni siquiera pidió públicamente el voto para Pedro Sánchez. En el último ciclo electoral protagonizó una suerte de ‘caravana b’ ratificando su compromiso con las siglas y su influencia para movilizar a las bases. Este viernes hará tándem con el líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, en un acto impulsado desde el PSOE-M. El objetivo es reivindicar su legado, coincidiendo con el 20 aniversario de la tramitación en el Congreso de la ley contra la violencia de género que impulsó como presidente del Gobierno, pero el mensaje va más allá. La foto entre Zapatero y Lobato se producirá en medio de las críticas de un sector de la federación madrileña al liderazgo del secretario general.
Desde el PSOE-M enmarcan este acto para poner en valor los avances en materia de igualdad por parte del Ejecutivo de Zapatero. De hecho, participará también la que fue ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad y ahora eurodiputada, Leire Pajín, y la actual ministra de Igualdad, Ana Redondo. Sin embargo, otras fuentes del partido señalan que tiene más connotaciones. Esto es, que se visibiliza un “apoyo” del expresidente al líder de los socialistas madrileños.
En las últimas semanas se han sucedido los movimientos internos en la siempre convulsa federación madrileña. Las críticas públicas a Lobato han estado encabezadas por el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, y la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández. En Ferraz tratan de mantenerse al margen, sin un respaldo explícito al secretario general, pero posicionándose en contra de agitar ahora el debate. Aunque en la sede federal cierran la puerta a un congreso extraordinario, no descartan que haya primarias cuando toque encarar este proceso, el próximo año.
Javier Ayala, el alcalde más votado del PSOE de Madrid, ha sido una de las voces que en las últimas semanas más ha cuestionado la gestión de Lobato. Durante una reciente entrevista con El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica concluía que “o se presenta una alternativa a Juan Lobato o hace un planteamiento político distinto al que hace”. “Creo que hay un electorado de izquierdas que era electorado del Partido Socialista tradicionalmente, que se fue a más Madrid y que creo que hay que recuperar para ser alternativa de gobierno en la Comunidad de Madrid”, sostenía quien ya dio batalla en primarias contra Lobato en 2021 y fue derrotado.
Su discurso consiste con una corriente de fondo que se inició tras las elecciones autonómicas del pasado año y que volvió a resurgir con fuerza dentro de los órganos internos tras las europeas. La alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, también era clara en una entrevista previa con la Cadena Ser. Si bien negaba que se pudiese “hablar de rebelión”, sí reconocía la demanda de varios cargos de la organización para desplegar una alternativa por parte del PSOE madrileña a Isabel Díaz Ayuso “nítidamente progresista”. Por el momento las críticas se tratan de encuadrar desde un ánimo constructivo. La propia Hernández insistía en que no se trata tanto de un tema de personas como de proyecto político: “Me daría igual los nombres si el resultado es mejor”.
Pese a intentar trasladarse desde Ferraz una posición de neutralidad y de que este debate no toca ahora, fue Pedro Sánchez el primero en poner sobre la mesa su “preocupación” sobre cómo se están haciendo las cosas en Madrid. En la primera ejecutiva federal tras las europeas señaló el “agujero” electoral de Madrid y Andalucía. Tras ello, desde la cúpula pidieron a ambos territorios una “reflexión”. Siempre insistiendo, como señalan los críticos, en un análisis político y no de nombres. Pese a todo, tanto la federación madrileña como la andaluza comenzaron a bullir.
Congresos autonómicos
A la espera de que se resuelvan la gobernabilidad en Cataluña, Ferraz tiene pendiente la convocatoria de un congreso federal. A partir de este, se celebrarían en cascada los diferentes congresos autonómicos ordinarios. En la dirección no esconden la posibilidad de que se produzcan primarias allí donde los socialistas no gobiernan. Algo que ya ha sucedido en Comunidad Valenciana, Extremadura y Galicia.
En los territorios más afines con Ferraz no ponen pegas a que el congreso federal se celebre este otoño o el del próximo año. Destacan que ambas fechas serían “en tiempo y forma”. Los estatutos marcan que los congresos del partido se convocan de forma ordinaria entre el tercer y cuarto año desde la celebración del anterior. Sin embargo, todas las federaciones insisten en que no han abierto este debate y, con más o menos ahínco, se inclinan por no precipitar el calendario.