El cordón sanitario francés ha funcionado, pero ahora los grupos deben enfrentarse al momento de mirar a los lados y buscar aliados para formar un gobierno sólido y no caer de nuevo en un bloqueo parlamentario.
Una coalición moderada, que aglutinaría al macronismo, los socialistas y la derecha tradicional de Los Republicanos, es uno de los escenarios que más resuenan en los pasillos de la Asamblea Nacional y del Elíseo, pero para ello los diferentes bloques tendrán que ceder en ciertos puntos de sus programas políticos. La izquierda, en contra de esa impopular reforma de las pensiones y a favor de subir el salario mínimo a 1.600 euros, tendrá que convencer al macronismo, o viceversa, para llegar a un pacto.
“Para nosotros no habrá coalición ni compromiso”, afirmó este martes Laurent Wauquiez, el posible futuro presidente de Los Republicanos, quienes siguen mostrando reticencias al macronismo a pesar de lo que les une. En el Partido Socialista, su líder, Olivier Faure, trasladó su rechazo a cualquier coalición de contrarios, mientras que la número dos, Johanna Rolland, abrió la puerta a los “macronistas de izquierda”: “Somos claros, pero no sectarios”, justificó la alcaldesa de Nantes.
“La línea roja es La Francia Insumisa y Reagrupamiento Nacional. (…) El Nuevo Frente Popular son cuatro partidos, quizás algo más, sobre la mesa para construir un grupo y un programa. Ahora mismo los franceses no han dado mayoría absoluta a ningún bloque por lo que es necesario trabajar”, destacó, por su parte, la ministra de Agricultura y diputada electa en Pas de Calais, Agnès Pannier-Runacher, a las puertas de la Asamblea Nacional.
El panorama se complica por momentos. Si no se acuerda un pacto de gobierno, Francia se encontrará inmersa en una nueva situación de ‘impasse’ y el presidente no podrá convocar de nuevo elecciones hasta dentro de un año, pues así lo marca la Constitución. “Macron se está arrastrando a propósito. Él es quien bloquea la situación para mantenerse en el poder el mayor tiempo posible”, señaló el líder de los insumisos, Jean-Luc Mélenchon.
Pensiones
La coalición moderada de macronistas, socialistas y republicanos sumaría 272 diputados. Aunque sin mayoría absoluta (289 escaños), tendría una mayoría relativa que le ayudaría a crear un gobierno sólido y fuerte lo que queda de legislatura. Pero uno de los puntos que más tensa la cuerda y que podría hacer saltar un posible acuerdo por los aires es la reforma de las pensiones.
Los franceses tienen que trabajar hasta los 64 años y cotizar 43 años para jubilarse, según la reforma aprobada por Macron para, según él, hacer de Francia “un país solvente”. La nueva legislación provocó importantes movilizaciones en el país después de aprobarse por decreto gracias al artículo 49.3 de la Constitución. Cancelar esta reforma, tal y como exige la izquierda, supondría un coste colosal para las arcas públicas, unos 8.200 millones de euros, según un estudio del Instituto Montaigne.
El Nuevo Frente Popular insiste en su programa en “derogar inmediatamente los decretos que aplican la reforma de Emmanuel Macron” y “aumentar la pensión de jubilación para una carrera completa al nivel del salario base (SMIC) y la edad mínima de vejez al nivel de la línea de pobreza”. Aunque, dentro de estas propuestas, la unión de izquierdas no da grandes detalles sobre, por ejemplo, cómo lo llevaría a cabo con un déficit público de 5,5%.
Francia tiene una situación económica complicada con una deuda pública muy por encima del 3% marcado por Bruselas y la deuda soberana en “AA-“, según la agencia de calificación financiera S&P Global Rating. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, se vio obligado a anunciar recortes de 10.000 millones de euros para sanear cuentas. Unas medidas “necesarias para evitar males mayores” que alejan a los partidos moderados y el macronismo de una posible coalición.
Inmigración
La inmigración es otro de los puntos de debate más importantes. Los partidos de extrema derecha y la unión de izquierdas han hecho de este tema su batalla principal durante la campaña de las elecciones legislativas, pero podría generar importantes grietas en esa coalición moderada.
Los Republicanos apuestan por una reforma constitucional para proteger las fronteras, mientras que las izquierdas piden eliminar la última reforma de la ley de inmigración aprobada el pasado mes de diciembre y reducir los procesos burocráticos para facilitar el acceso a los visados y la regularización de los trabajadores.
Ucrania y Gaza
La guerra en Ucrania también levanta ampollas dentro de una posible unión de agrupaciones para formar gobierno. Mientras que Los Republicanos se niegan a una adhesión del país eslavo a la Unión Europea, las izquierdas apuestan por todo lo contrario.
El conflicto armado en Gaza también genera importantes discrepancias, especialmente, en lo que al reconocimiento del Estado palestino se refiere.