El nuevo arsenal terapéutico frente a la obesidad del que dispone Europa -en España acaba de autorizarse un nuevo medicamento de Lilly- abre una nueva era para los pacientes y hace que los expertos se replanteen a quién deben ir dirigidos los fármacos. Y se pronuncian: el sistema para diagnosticar y afrontar la enfermedad ya no puede basarse exclusivamente en el Índice de Masa Corporal (IMC) porque está excluyendo a muchas personas que se podrían beneficiar de esos medicamentos. “Hay que ir más allá de ese concepto o su uso exclusivo”, señala a El Periódico de España, del mismo grupo editorial que este diario, la doctora María del Mar Malagón, presidenta de la SEEDO (Sociedad Española de Obesidad).

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