Nico Williams ganó anoche hasta el ‘piedra, papel o tijera’ que se jugó al final del partido con Lamine para ver quién bebía primero de la botella de agua. El del Athletic sacó tijera mientras el azulgrana apostaba por el papel. Fue el colofón a una noche redonda del jugador más deslumbrante de la selección en esta Eurocopa. El “partido perfecto”.
Un partido sin error
Nico se convirtió en el primer jugador en anotar un gol, dar una asistencia y cerrar el partido sin fallar un solo pase (46 de 46). El lateral derecho de Georgia Kakabadze le recibió con una patada de ablande, un plantillazo áspero junto al banquillo español que el árbitro no señaló y dejó a Nico dolorido. Lejos de dejarse intimidar, en la siguiente le ganó la línea de fondo y colgó una rosca a la que no llegó Morata por poco. Sería una constante durante toda la noche. El extremo del Athletixc se subió al podio de goleadores más jóvenes de España en las Eurocopas, ya que los 21 años y 354 días con los que marcó el gol a los georgianos solo han sido superados en precocidad por Cesc (21 años y 37 días) y Ferran Torres (21 años y 115 días). Un récord que amenaza su amigo Lamine Yamal, que dispuso de varias ocasiones y en la que acabó en la red se la anularon por fuera de juego.
El pequeño de los Williams se ha convertido en la gran amenaza para una Alemania que le mira con temor. Mientras el Bild le calificaba como “un torbellino y un supervelocista”, Kicker prefería poner el foco en su capacidad para “pararse y levantar la cabeza”. Algo que tendrá que frenar un Kimmich que ya enseñó sus costuras ante Vinicius en la Champions. Nico ya sabe que el alemán sufre reculando y no tiene un desplazamiento lateral rápido. Se daba además la circunstancia de que en Colonia estaba toda la familia del jugador, incluidos sus padres, su hermano Iñaki y sus amigos de la cuadrilla, que habían llegado a la ciudad teutona para apoyarle en este partido de octavos ante Georgia. “Es un avión, ya lo conocíamos de la Liga, pero está haciendo una Eurocopa increíble”, apuntaba resignado Mamardashvili, que sujetó a los suyos hasta que Rodri y Fabián dieron un paso adelante.
Nico, que ha recorrido 26,5 kilómetros en los tres partidos en los que ha participado ha alcanzado una velocidad de 34,7 kilómetros por hora y ha disparado siete veces a puerta rival. Como advertía Kicker, en los primeros partidos ha estado más pendiente de ganar la línea de fondo para servir pases a sus compañeros. Pero ante Georgia, De la Fuente le pidió que fuese un poco más egoísta y buscase el uno contra uno para finalizar la jugada él. Y eso hizo a los 75 minutos cuando encaró a Gvelesiani y recortó en carrera para dejarle por el camino y fusiló a Marmadashvili antes de que el capitán Kashia llegase a tapar su disparo lanzándose al suelo.