La decisión de Emmanuel Macron de convocar elecciones anticipadas en Francia no solo descolocó a muchos franceses, sino también a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Tenían programado un congreso federal diseñado para exhibirse como segunda fuerza a escala nacional y avanzar hacia la victoria que se le vaticina en las regionales del próximo septiembre en el este del país. En las elecciones europeas rozó el 16 % de los votos, algo menos de lo calculado unos meses atrás, pero escalaron a la segunda posición, solo superados por el bloque conservador. Era un hito para un partido al que excluyen, por su radicalismo neonazi, las hasta ahora dos grandes familias de la ultraderecha europea: Conservadores y Reformistas (ECR), el grupo de la italiana Giorgia Meloni, del español Vox o del polaco Ley y Justicia (PiS), así como Identidad y Democracia (ID), el de la francesa Marine Le Pen.
El congreso que se abre este sábado la AfD en Essen, en el oeste de Alemania, ha quedado de pronto marcado por lo que ocurra en Francia y la formación de la nueva Eurocámara. La presidenta del partido, Alice Weidel, ha dejado caer en sucesivas entrevistas que están en busca de “nuevos aliados”, puesto que es pública su enemistad incluso personal con Le Pen. No descarta reintegrarse en ID, si la líder francesa levanta su veto, o que el ultranacionalista húngaro, Víktor Orbán, les abra la puerta a un nuevo grupo, aun por definir.
Uno de los puntos a debatir por los 600 delegados de la AfD en los dos días de congreso era cómo “sellar” su adiós al ID. Su futuro agrupamiento en la Eurocámara es incierto. Una filtración periodística del semanario ‘Der Spiegel’ aseguraba hace unos días que Weidel busca socios para un tercer grupo en la Eurocámara, que se llamaría “Los Soberanistas” y en el que podría integrarse “Se acabó la Fiesta”, de Alvise Pérez.
Weidel ha echado balones fuera y excluido como socios a representantes de “nacionalismos extranjeros, contrarios a los intereses de la AfD”, sin concretar a quién se refiere. La teórica reunión que, según ‘Der Spiegel’, debía celebrarse el pasado jueves para formalizar el nuevo grupo no tuvo lugar. Pero sí hubo “contactos” entre distintos partidos o potenciales aliados, según la plataforma ‘Politico’, del grupo mediático Springer.
Protestas y fútbol
A los 600 delegados que acudan al pabellón de Essen, la ciudad donde discurre el congreso, les esperan una veintena de manifestaciones y actos de protesta que, según los convocantes, podrían alcanzar los 45.000 participantes. Las fuerzas policiales han preparado el mayor dispositivo de seguridad que se recuerda en la ciudad. Por si faltaban factores de riesgo, en Dortmund, otra ciudad de la región, tiene lugar este sábado el partido de octavos de final de la Eurocopa entre Alemania y Dinamarca, lo que movilizará a decenas de miles de aficionados hasta la región de Renania de Norte-Westfalia, bastión futbolero del país.
Weidel buscará su reelección junto a su compañero en la presidencia bicéfala, Tino Chrupalla. No está invitado como delegado quien fue su cabeza de lista en las europeas, Maxilimian Krah, convertido en un proscrito dentro del propio partido por haber blanqueado a las SS hitlerianas desde un medio italiano. Aparentemente, fue la gota que colmó el vaso de la francesa Le Pen y lo que determinó a la cúpula de la AfD a excluirlo como eurodiputado propio en la nueva Eurocámara.
Sobre Krah y el segundo en la lista de la AfD a las europeas, Petr Bystron, pesan sospechas de servir tanto a Moscú como a China. El jueves hubo un nuevo registro en el domicilio de Bystron, mientras se investiga el presunto cobro de sobornos procedentes de Rusia.