Así como el Giro de Italia cuenta con su ‘maglia rosa‘ para vestir al líder de la general, el Tour de Francia lo hace con su reconocido maillot amarillo, una de las grandes señas de identidad de la prueba.
El maillot amarillo o maillot jaune, como se dice en francés, es probablemente el maillot más conocido del mundo, y su origen se remonta hasta 1919. El inicio del uso de este maillot no coincidió con la primera competición del Tour de Francia, pues esta fue en 1903, sino que se empezó a usar cuando se retomó la celebración de la prueba francesa, la cual fue interrumpida durante el transcurso de la Gran Guerra.
La razón de su uso vino motivada por las demandas de los periodistas, quienes necesitaban un elemento distintivo para poder diferenciar fácilmente el primer clasificado de la competición. Sin embargo, la elección del color amarillo para el maillot del líder no fue mera casualidad, sino que fue escogido por el exciclista Henri Desgrange, impulsor de la ronda gala y editor del diario ‘L’ Auto’, cuyas páginas amarillas inspiraron el jersey.
El maillot amarillo se ha convertido en una pieza distintiva que luce el ganador en su paseo por los Campos Elíseos, antes de cruzar la línea de meta tras tres semanas de dura competición. El primer portador fue Eugène Christophe, y el último el danés Jonas Vingegaard, ganador de las últimas dos ediciones.
Su trascendencia alcanza tal nivel que en la edición de 2019 del Tour de Francia, se celebró su centenario, en el que se realizaron varios homenajes y eventos especiales para conmemorar su importancia en la historia de la prueba francesa.