La quiniela de altos cargos que ocuparán la cúpula de las instituciones europeas durante la próxima legislatura parece llevar premio antes de echarla. El resultado de las elecciones celebradas entre el 6 y 9 de junio ha confirmado la victoria clara del Partido Popular Europeo (PPE), lo que ha disparado las posibilidades de que la alemana Ursula von der Leyen revalide el cargo de presidenta de la Comisión Europea otros cinco años más. Es uno de los cuatro ‘top jobs’ (como se conocen los puestos en la jerga comunitaria) que tendrán que repartirse en los próximos días los líderes de la UE, teniendo en cuenta el equilibrio geográfico, político, de tamaño y género.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea mantendrán este lunes 17 de junio un primer debate de carácter informal –la reunión arranca a las seis de la tarde– durante una cena de trabajo que aspira a eliminar obstáculos y limar resistencias. Según la coreografía de la reunión, la discusión se dividirá en dos partes: una dedicada a analizar los resultados electorales en la que participarán Von der Leyen y la presidenta del Europarlamento, Roberta Metsola, y una segunda parte en la que las dos candidatas a la reelección abandonarán la sala y se quedarán únicamente los líderes europeos para las negociaciones.
La idea es acelerar el proceso de elección de las personas que pilotarán la nave europea los próximos cinco años y cerrarlo cuanto antes, a poder ser en la cumbre prevista a finales de mes en Bruselas. “Todos de acuerdo en que hay que cerrarlo cuanto antes y eso significa el 27 y 28 de junio”, apunta un alto cargo sobre la fecha del próximo Consejo Europeo en que podría concluirse el acuerdo. “¿Con el panorama que tienen algunos líderes a nivel nacional quien querría irse (con este debate abierto) a julio?”, se pregunta el mismo diplomático aludiendo a la derrota sufrida en los comicios europeos por el canciller alemán, Olaf Scholz, y particularmente por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que la misma noche electoral convocó elecciones legislativas anticipadas.
Una quiniela clara
Un hecho que no impedirá al jefe del Estado francés hacer uso de sus prerrogativas como presidente de la República de negociar e intentar sacar tajada en el reparto institucional. “Es batallador. Querrá aprovechar todas las oportunidades y se moverá bien”, auguran. En esta ocasión, y al contrario que hace cinco años cuando el nombre de Von der Leyen salió de la chistera de la mano de Macron por sorpresa y tras una complicada negociación de tres días, hay una “quiniela” que “cumple todos los requisitos” en términos de equilibrio y que a priori encaja perfectamente, explican las fuentes consultadas. Los líderes europeos llevan semanas de reuniones y al teléfono intentando conformar un “paquete” que sea aceptable para los Veintisiete y la primera oportunidad de testarlo será este lunes. En nombre de los socialdemócratas negocian Pedro Sánchez y el canciller alemán Olaf Scholz y de los populares el griego Kyriakos Mitsotakis y el polaco Donald Tusk.
La primera pieza del tablero, el puesto más apreciado de todos y el cargo institucional clave, es la presidencia de la Comisión Europea, que, si nada se tuerce, debería ir a parar a manos de la alemana, ‘spitzenkandidat’ de los populares, Ursula von der Leyen, como candidata del partido más votado en las recientes elecciones. En opinión de algunos diplomáticos, y pese a las dudas surgidas hace unos meses por sus patinazos con Israel o el nombramiento de un amigo de la CDU para el puesto de Mr Pyme que se vio obligado a rechazar por la presión, Von der Leyen “lo tiene hecho”, aunque antes el canciller alemán tendrá que secundar su nominación.
Para la presidencia del Consejo Europeo que ocupa actualmente el liberal belga Charles Michel, y que no puede repetir en el cargo tras encadenar dos mandatos seguidos, el nombre que más suena es el ex primer ministro de Portugal, el socialista António Costa. Aunque dimitió en noviembre pasado, salpicado por unas supuestas irregularidades que investiga la fiscalía portuguesa, su camino parece despejado y no solo cuenta con el aval de la oposición que gobierna en Lisboa, sino que es una figura que “gusta a todo el mundo” en Bruselas y en la mayoría de las capitales, coinciden distintas fuentes europeas. Sin olvidar tampoco que la familia socialdemócrata ya ha dicho alto y claro que espera que el puesto de presidente del Consejo Europeo “sea ocupado por uno de los nuestros”. La segunda bala en la récamara de los socialistas sería la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, aunque su nombre no suscita tanto consenso.
Relevo de Borrell
Mientras tanto, como nueva jefa de la diplomacia europea en sustitución del catalán Josep Borrell el nombre que más suena es el de la primera ministra de Estonia, la liberal Kaja Kallas, una de las dirigentes europeas más activas frente a Rusia, que con más ahínco defiende a Ucrania, que conoce perfectamente la maquinaria de la diplomacia europea y que se lleva bien con Macron. Como alternativa en los últimos días han circulado los nombres de los liberales belgas Alexander de Croo y Sophie Wilmes y el conservador polaco Radoslaw Sikorski.
Por último, como presidenta del Parlamento Europeo –un puesto que no deciden los líderes europeos sino los eurodiputados pero que sí cuenta en los equilibrios de los ‘top jobs’– la principal y única favorita es la conservadora maltesa Metsola, que ha estado los últimos dos años y medio al frente de la Cámara, y que viene de renovar su escaño con el mayor voto preferencial en la historia electoral de Malta.
Este reparto permitiría mantener los cuatro altos cargos en manos de las tres grandes familias políticas –populares, socialdemócratas y liberales– que a priori formarán la ‘gran coalición’, garantizar la representatividad de los países más pequeños y un equilibrio de género. “Hay dos opciones o vamos a algo que cuadra, lo cual no quiere decir que satisfaga a todos, o hay alternativas que pueden ser mejor en un caso pero que plantean problemas en otros”, confía un diplomático europeo.