Los asesinos de Francisco de Pablo se tomaron muchas molestias para esconder su cuerpo. A falta de que se le identifique formalmente, todo parece indicar (y así se lo ha comunicado la policía a su familia) que el cadáver que los agentes encontraron este jueves en una finca de Aldea del Fresno (Madrid) es el del joven, de 32 años, desaparecido desde la tarde del 21 de marzo de 2022.
Según ha podido saber el canal de investigación y sucesos de este grupo editorial, los restos de Francis (como le llamaban su familia y sus amigos) no estaban en un terreno de la finca, sino en el interior de la casa rural que alberga dicha parcela, en un recóndito escondite casi imposible de encontrar. Los investigadores creen que el joven fue asesinado poco después de desaparecer.
Un agujero oculto
Dentro de esa vivienda, relacionada con al menos uno de los detenidos, quienes acabaron con la vida del hombre enterraron el cuerpo de Francis bajo el suelo de la vivienda, en un agujero de muy difícil acceso, de acuerdo con los datos que ha conseguido obtener este medio.
Han tenido que pasar dos años y tres meses hasta que, gracias a una ardua investigación de la Policía Nacional, los agentes han logrado dar con el paradero de Francisco y resolver el caso. A pesar del que el juzgado de instrucción 37 de Madrid concluyó que no había indicios de criminalidad tras la desaparición del hombre y archivó el caso hasta en dos ocasiones en 2022, los agentes de la Comisaría de Hortaleza han seguido investigando y buscando a Francis desde entonces.
“Una aguja en un pajar”
Sus pesquisas les han llevado este jueves hasta una finca, a más de 70 kilómetros del piso de Hortaleza donde se le perdió el rastro. Tenían casi la certeza de que el cuerpo del chico estaba en algún lugar de la propiedad, pero la búsqueda, en una parcela de un tamaño considerable, fue “como buscar una aguja en un pajar”, según las fuentes consultadas.
En ella participaron, entre otras, la Unidad Especial de Guías Caninos y miembros del GOIT (Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas), especialistas en localizar y abrir lugares inaccesibles para rescatar lo que haya en su interior.
Una deuda
Como adelantó este canal de investigación y sucesos, entre los seis españoles que la policía ha detenido por la desaparición y muerte de Francisco, está la persona que habría acabado con su vida y también un compinche que le habría ayudado a deshacerse del cuerpo de la víctima. Entre los arrestados hay al menos una mujer, cuya participación está aún por aclarar.
Las pesquisas apuntan que el día que desapareció, Francisco salió de casa para verse con uno o varios de los ahora detenidos para reclamar una deuda y que, una vez allí discutieron y acabaron matándolo.
Meses antes de desaparecer Francis denunció el robo de su coche y contó que alguien había entrado en su casa: le habían sustraído relojes, colonias y droga. El ‘vuelco’ alcanzaba casi los 15.000 euros en cocaína
Los agentes descubrieron que Francis estaba inmerso en entornos conflictivos, en asuntos de drogas, amenazas, robos. Encontraron un dato relevante en la vida de Francisco de Pablo. El lunes, 14 de marzo de 2022, una semana antes de desaparecer, Francisco acudió a la comisaría de Hortaleza (Madrid): su coche, un Citroën C4 azul, no estaba. Denunció que se lo habían robado.
Previamente, gracias a un audio de whatsapp, su familia descubrió que Francis había subido otro robo, esta vez en su casa. En el mensaje, el desaparecido explicaba que el 8 de noviembre de 2021, meses antes, alguien había entrado en su domicilio: había forzado las rejas y le había sustraído relojes, colonias y droga. El ‘vuelco’ alcanzaba casi los 15.000 euros en cocaína. Por culpa de ese asalto, él había contraído una deuda con otros traficantes.
Brutal agresión en su casa
“Francis no se habría ido por su propia voluntad. Es imposible, no se iría dejando a sus perros, a su familia, amigos… no se iría sin dinero, ropa ni documentación”, esgrimía ante este medio, días después de la desaparición, Juana Páez, su madre. Juana explicó que su hijo no pasaba un buen momento, a veces consumía droga y alternaba con “mala gente”. La policía lo buscó por circuitos de menudeo de drogas, chabolas, descampados, sobre todo en dos zonas de Madrid: Valdemingómez y la Cañada Real.
Según el sumario del caso -al que ha accedido este canal de investigación y sucesos- nueve días después de la desaparición de Francisco ocurrió un hecho destacable en su casa.
Nueve días después de la desaparición, los amigos de Francis recibieron la visita de una cuarta persona en casa del joven que les reclamó dinero de una supuesta deuda. Acabaron a “puñetazos”, “patadas” e, incluso, el agresor arrojó a uno de ellos “una bombona de butano a la cabeza”
Tres amigos del joven acuden al domicilio, según describen, para sacar al perro del chico. Francisco estaba desaparecido y ellos se hacían cargo del animal hasta que apareciera su dueño. Cuentan, según recoge el atestado policial, que entonces apareció en el piso una cuarta persona reclamando una deuda. Quería que un amigo de Francisco le devolviera un dinero que supuestamente le debía.
El agresor entró en la vivienda. Y terminó a golpes con los colegas de Francisco. Uno de ellos refiere “puñetazos”, “patadas” e, incluso, “me arrojó una bombona de butano a la cabeza”, que previamente había cogido de la cocina. Describe una actitud brutalmente “violenta”. La pelea no terminó ahí. El amigo del desaparecido consiguió huir de la vivienda y el agresor le siguió y le apalizó en la calle. La agresión arrancó el 30 de marzo a 00:30 horas y terminó con la intervención policial en la vivienda a las 8:30 horas de la mañana.
“Se juntaba con gente que quizá no era muy recomendable”, lamentaba desde el arranque de la búsqueda, a este medio, su madre, Juana.
Durante más de dos años, la policía y la familia del joven han luchado por obtener respuestas. Han llegado desde una finca a más de 70 kilómetros del punto de inicio, en la calle Caracoli, en Hortaleza, la casa donde vivía el joven, de donde salió diciendo a un amigo: “vuelvo en una hora”. Aunque la noticia del hallazgo del cuerpo y la detención de seis personas ha dejado “destrozada” a su madre, la mujer cuenta a este medio que solo tiene palabras de agradecimiento. “Ahora arranca otra lucha”, admite Juana. “Por fin se hará justicia, mi chico… Descansa en paz”.