La decisión de seis policías de derribar la puerta de un domicilio privado para detener una fiesta que se celebraba en plena pandemia ha acabado en un debate sobre los derechos fundamentales en las más altas instancias de la justicia. ¿Puede un agente de la ley sin una orden judicial justificar la entrada por la fuerza en una vivienda porque la gente que se halla en su interior se niegue a identificarse?

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