Chile es un país serio, en donde las instituciones funcionan, en donde hay separación de poderes, y en donde la Fiscalía y el Ministerio Público están llevando una investigación seria, responsable”. El presidente Gabriel Boric dejó públicamente constancia del malestar de su Gobierno con Venezuela a través de una nota entregada al embajador Arévalo Méndez. El desagrado ha sido consecuencia de las opiniones del fiscal general de ese país, Tarek William Saab, quien atribuyó el asesinato en Santiago de un exmilitar opositor a Nicolás Maduro, Ronald Ojeda, a un intento de “enturbiar las relaciones” bilaterales “justo cuando ocurría un importantísimo acercamiento”. Según Saab, el crimen de Ojeda es de carácter político, pero no de la intencionalidad que le atribuyen “los medios chilenos y que la Fiscalía chilena no ha querido desmentir ni corroborar”. A su criterio, se ha tratado de “una operación de falsa bandera” de la que participaron “personas involucradas en todas las etapas del hecho que no han podido ser identificadas y que pueden pertenecer a organismos de inteligencia de terceros países“. Una delegación de la fiscalía que controla desde 2017 estuvo en Chile y se entrevistó con el Director de la Unidad de Cooperación Internacional y Extradiciones, quien, dijo Saab, “no dijo ni aportó nada”. Venezuela, añadió, es el país más interesado en esclarecer el asesinato del militar.

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