Las expectativas disparadas. Los focos pendientes de él. Los periodistas hablando horas y horas sobre su presente y su futuro. El mundo pendiente de si el sucesor de Messi es francés y vestirá de blanco. Los aficionados madridistas frotándose las manos después de siete años esperándolo. Y al final nada de nada. La Eurocopa de Kilian Mbappé dejó un vació total. No estuvo bien ni el primer ni el último día. Y en el medio, mucha máscara y demasiada justificación para un rendimiento inexistente.

Source link